miércoles, 31 de julio de 2013

Mi pequeño, mi mejor amigo, Samuel Saiz.

Bueno pequeño, lo primero que tengo para decirte, es que, ¿cómo voy a olvidarme de que existes? ¿cómo voy a olvidarme de mi mejor amigo, de uno de los chicos más importantes de mi vida? Si me olvidase de ti, sería idiota. Muy idiota.

Eramos unos completos desconocidos y nunca pensé que podríamos llegar a llamarnos 'mejores amigos'. Te conocí hace casi dos años, me acuerdo que la primera vez que te hablé, dije: ¡MADRE MÍA, QUE ALTO ERES! ADIÓS. Y gracias a esa excursión que nos fuimos a dormir fuera, empezamos a hablar cada vez más. Y en estos dos años, he aprendido que puedo estar al borde de un precipio con los ojos cerrados que sé que no me dejarías caer.

Eres de las personas que mas valoro y que más necesito en mi vida. Eres de lo mejorcito que hay en millones de kilómetros a nuestro alrededor y por eso eres lo que eres para mí. Siempre me dices que no me quieres perder nunca, y que sepas, que a no ser que tu te quieras alejar de mí para siempre, esto no va a acabar porque yo no quiero poner fin a esto, no quiero acabar con nuestras conversaciones, con nuestras fotos (que son pocas, y que dentro de poco valdrán oro, no por mí si no por ti) y mucho menos con nuestras risas.
Ya formas parte de mí, de mi vida, de mis recuerdos, si te hacen daño a ti me hacen daño a mí, y eso es algo que no voy a permitir.

Gracias por escucharme, aconsejarme, estar pendiente de mi, por venir a mi barrio para verme,  gracias por ser como eres conmigo, gracias por absolutamente todo lo que haces por mí.  


Te quiamo.

SAMUEL SAIZ HERRAIZ, GRACIAS POR SER EL MOTIVO DE MI SONRISA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario