sábado, 27 de octubre de 2012

TENGO GANAS DE TI.


Querida Gin, Tonic.
Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte. Aunque sea tarde. De escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar. Que no vas a recibir nunca. Que como tú me enseñaste, en cuanto acabe de escribirla la quemaré. Mis sentimientos se pondrán a arder. Y así el dolor... ¿Cómo era? ¿Cómo decías tú? Ahh ya... Así el dolor no se te queda tan dentro. Esta vez solo quiero ser claro. Sería un imbécil si no gritara que me he equivocado, contigo. Que la he cagado, pero bien. Desde el principio. Que he intentado avanzar sin apartar antes las cosas que me lo impedían. Agarrado al pasado. Mirando para atrás. Queriendo olvidar pero sin parar de recordar. Puff... Qué locura Gin... Empeñado en quedarme ahí. En medio de un lado y del otro... Sin perdonar, sin perdonarme... Sin avanzar...
¿Dónde está el secreto del futuro Gin? Puede que esté en fijarse bien, y en avanzar. Mirar más cerca... Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro. ¡Claro! Hay cosas que pasaron antes, mucho antes. No quiero esperar milagros, solo que las cosas pasen. Sí... No... Sí... No... Sí. No. Y ahora lo tendría claro... Pero ahora ya no depende de mí... Sino de tí... Te quiero.
Hola, soy esa persona que lo daría todo por tí, sé que no soy la chica perfecta, pero tú tampoco lo eres, tienes millones de defectos pero me gustas así, con tu sonrisa que me encanta, sí, esa que no te la quita nadie. Tampoco es que tengas unos ojos preciosos, pero si me preguntasen cuál es mi color favorito diría el de tus ojos. ¿Sabes? No sé porque me empezaste a gustar, pero ahora no puedo imaginar mi vida sin ti, sin tus tonterías de niño pequeño, sin tus besos... No te voy a decir que eres toda mi vida, pero sí gran parte de ella, en fin que te quiero, y no poco
Cuando crees que lo has olvidado.
Piensas que ya lo has logrado olvidar, que el ya fue tu pasado, que todo lo que sufriste por el ya se fue. Pero llega un día en el que te vuelve a hablar, o que en el grupo de amigos vuelve a venir, y cuando lo ves piensas, que esto no te afecta que volverlo a ver no es ningún inconveniente, que a pesar de todo lo que has pasado por el por una vez puedes lograr verlo sin llorar, y llegas a casa te tumbas en la cama, mirando el techo, sin cerrar los ojos y es cuando empiezas a pensar en todo lo que a pasado por la tarde, y de nuevo vuelven esas mariposas en el estomago, de repente otra vez tus ojos se vuelven a poner llorosos, y piensas que te has estado engañando todo este tiempo y que todo el tiempo que ha pasado no a servido de nada, y en una tarde se a fastidiado todo, en resumen vuelves a estar enamorada de la misma mirada y de la misma sonrisa que te enamoro hace tiempo.
Sé que llegará el momento en que esté tan acostumbrada a echarte de menos que ya no te buscaré en cada paso que doy. De repente, un día, dejaré de soñar cómo sería mi vida contigo, los sitios en los que hemos estado juntos dejarán de recordarme a ti, no me levantaré buscándote en mi cama, ni me iré a dormir pensando en lo bien que me sentiría si te tuviese durmiendo a mi lado. Que algún día dejaré de abrir el WhatsApp cada cinco segundos esperando que aparezcas, como si al abrirlo te estuviese gritando lo mucho que te echo de menos y pudieses escucharme. Quizás, algún día, deje de darme la risa tonta al acordarme de los besos 'finales', esos que sé que tanto te gustan, o ya no recuerde su significado. Algún día puede que los 'siempre' me den asco, y los 'te quiero' ganas de vomitar. Sé que algún día te necesitaré más que nunca, no estarás, necesitaré que me abracen, y no serás tú quien lo haga.
Y, entonces, inevitablemente, todo habrá acabado.
Querido nadie: hoy por fin me he decidido a dedicarte esos cuatro renglones que llevo guardados en los bolsillos de mis pantalones y no me atrevo a sacar a pasear. En primer lugar hacerte saber que hace mucho que ya no voy mendigando besos para sentirme algo más cómoda con mi soledad; ahora cumplo mi condena a raja tabla e intento ser feliz con lo poco que me queda, lo poco que me dejaste. En segundo lugar ya es hora de contarte que pienso volver a enamorarme, si, lo tengo totalmente decidido; voy a volver a sentir esas mariposas cueste lo que cueste y volveré a llamar "amor mio" al que pase la noche y la mañana conmigo. En tercer lugar, no quiero que ahora sientas celos o remordimiento, lo hecho hecho está. Tú mismo lo decías. Ya es tarde para arrepentirse de algo que ambos sabíamos no tendría un buen final. Por último y no por ello menos importante, ya puedes llevarte tus falsas promesas, tus estúpidas miradas y esos te quieros que dejaste esparcidas en la alfombra que compramos esa misma tarde.
Sé que soy sólo una pequeña parte de este mundo que a veces parece tan irreal .. Ya no busco respuestas, ni siquiera pregunto. Pero cometo tantos errores, que no soy capaz de enmendarlos. No meto el dedo en la yaga, la hundo hasta el fondo. No caigo en arenas movedizas, buceo en ellas. No soy capaz de olvidar, más bien ni lo intento.
De qué me sirve tenerte relativamente cerca, si nada es como yo un día escribí. El tiempo pasa rápido y eso jode, y otras veces pasa muy lento y en contra se nos pone. Siento no entender nada de lo que digo, lo único que entiendo es que quiero que tus brazos sean mi abrigo. Que desde el primer día que te vi supe que eras para mí, y es que es así. Aunque no hago más que tropezar por cosas que dependen de ti.
Y sí, me gusta pensar que avanzo a pasos agigantados, cuando la realidad es totalmente contraria
-¿Por qué le quieres tanto? Hay más gente en el mundo.
-Sí, Lo que pasa es que esa gente no es como él.
-¿Y qué tiene él para que sea tan increíble? ¿Por qué le quieres?
-¿Qué por qué le quiero? Bien. Le quiero porque tiene los ojos más bonitos que he visto en mi vida, y porque sabe sonreír con ellos. Le quiero porque con solo oír su nombre hace que tiemblen todas y cada una de las fibras nerviosas de mi cuerpo. Su sonrisa complementa a la mía. Es increíble y a la vez único y especial. Puede que de hacerte reír a carcajadas pase a que te entren unas ganas incontrolables de matarlo. Pero a besos. Le quiero porque me basta con ver su sonrisa todos los días. Porque ver su sonrisa hace que aparezca la mía. Puede que pienses en llamarlo tontería, yo prefiero llamarlo felicidad. ¿Sabes esa sensación de cuando estás en un sitio alto, cierras los ojos, abres los brazos y parece que vuelas? Así me siento yo cuando estoy con él.
-¿Tanto le quieres?
-Nunca volvería a abrir los ojos.