lunes, 13 de julio de 2015

Yo

Me dejaste vacía, me arrebataste todo lo que tenía en un mísero segundo, y sin avisar. Aunque sé, que lo único importante y valioso que tenía, eras tú.

Podrías haberte puesto un cartel luminoso con el fin de avisarme,de que más temprano que tarde, te ibas a cansar de mí y y de mi forma de quererte.

Te quería en el sentido más inocente de la palabra. Te quería para besarte, para abrazarte, y sobre todo, para hacerte feliz sabiendo que corría el riesgo de que fueses para toda la vida.

Y yo, que te he visto dormir  me he dado cuenta, de que jamás encontraré por ninguna parte del mundo, un paisaje tan bonito como el que tenía en aquellos instantes de mi vida frente a mis ojos.

Yo, que he dormido apoyada en tu pecho, sé que jamás volveré a encontrar un lugar con tanta paz.

Yo, que te he acariciado, sé que mis manos nunca volverán a hacer un recorrido tan eclipsante como el que hicieron por tu piel.

Yo, que he besado tu cuello, sé que no volveré a encontrar mejor sitio en el que esconderme.

Yo, que miré tus ojos y me vi reflejada en ellos, supe que serían el mejor espejo del mundo.

Yo, que te he visto reír, sé que en ninguna otra persona, encontraré una carcajada tan viva y fascinante como la tuya.




miércoles, 1 de julio de 2015

Querido abuelo III

Querido abuelo:

He vivido muchas cosas desde la última carta que te escribí hace un año, cosas en las que ojalá tú hubieses estado a mi lado, en unas ocasiones para ofrecerme unos brazos en los que llorar hasta cansarme y poder aconsejarme en esos momentos en los que me he sentido tan perdida, y en otras, para sonreír y reír juntos.

He vivido mi primer amor, y también, mi primer desamor, y ojalá hubieses estado a mi lado en esos momentos tan bonitos para poder darle el visto bueno y haber visto lo feliz que fui y en esos otros momentos tan dolorosos para abrazarme y no soltarme, y para acariciarme la mejilla tratando de tranquilizarme.

He acabado mi etapa en el instituto y voy a entrar a la universidad, y qué pena que no pudieses estar junto a la abuela, mis padres y hermana, el día de mi graduación, para verme levantar el diploma, y unos meses después, poder llamaros a ti y a la abuela y deciros: "Abuelos, que ya he cumplido mi sueño, ya soy universitaria".

Sé que en este instante te sentirías tan orgulloso de mí por todo lo que he conseguido y por lo lejos que he llegado... pero por desgracia, te fuiste pronto, muy pronto, exactamente, hoy, 2 de Julio, hace 7 años desde que empezó este vacío, desde que tuve que empezar a aprender a vivir sin uno de mis apoyos incondicionales, tú. Sí, ese eras tú, el que alegraba mis días con su increíble voz, el que alegraba mis comidas con su siesta con la taza de café debajo de su cara a centímetros de caerse encima de ella, el que me hizo creer en el amor al ver lo que sentíais tú y la abuela, el uno por el otro, fue, es y será para siempre.

Abuelo, te echo tanto, pero tanto de menos que tu ausencia muchas veces se vuelve insoportable. Te quiero, y mi amor por ti, también será para siempre. Espero y deseo, que desde allí arriba puedas ver todo lo que hago diariamente por todos vosotros.