miércoles, 1 de julio de 2015

Querido abuelo III

Querido abuelo:

He vivido muchas cosas desde la última carta que te escribí hace un año, cosas en las que ojalá tú hubieses estado a mi lado, en unas ocasiones para ofrecerme unos brazos en los que llorar hasta cansarme y poder aconsejarme en esos momentos en los que me he sentido tan perdida, y en otras, para sonreír y reír juntos.

He vivido mi primer amor, y también, mi primer desamor, y ojalá hubieses estado a mi lado en esos momentos tan bonitos para poder darle el visto bueno y haber visto lo feliz que fui y en esos otros momentos tan dolorosos para abrazarme y no soltarme, y para acariciarme la mejilla tratando de tranquilizarme.

He acabado mi etapa en el instituto y voy a entrar a la universidad, y qué pena que no pudieses estar junto a la abuela, mis padres y hermana, el día de mi graduación, para verme levantar el diploma, y unos meses después, poder llamaros a ti y a la abuela y deciros: "Abuelos, que ya he cumplido mi sueño, ya soy universitaria".

Sé que en este instante te sentirías tan orgulloso de mí por todo lo que he conseguido y por lo lejos que he llegado... pero por desgracia, te fuiste pronto, muy pronto, exactamente, hoy, 2 de Julio, hace 7 años desde que empezó este vacío, desde que tuve que empezar a aprender a vivir sin uno de mis apoyos incondicionales, tú. Sí, ese eras tú, el que alegraba mis días con su increíble voz, el que alegraba mis comidas con su siesta con la taza de café debajo de su cara a centímetros de caerse encima de ella, el que me hizo creer en el amor al ver lo que sentíais tú y la abuela, el uno por el otro, fue, es y será para siempre.

Abuelo, te echo tanto, pero tanto de menos que tu ausencia muchas veces se vuelve insoportable. Te quiero, y mi amor por ti, también será para siempre. Espero y deseo, que desde allí arriba puedas ver todo lo que hago diariamente por todos vosotros.


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