sábado, 28 de marzo de 2015

Echo de menos todo contigo.

Esta noche los recuerdos me están jugando una mala pasada... Cuando pienso que estoy mejorando, pasa algo que me hace darme cuenta de que estoy en el mismo sitio donde estaba hace exactamente tres meses. Me doy cuenta de que sigo enamorada de ti como el primer día y que cada vez que me acerco a ti mi corazón se acelera mientras mi respiración le acompaña y yo, yo no puedo pensar con claridad. En el momento en el que te tengo cerca, no puedo dejar de mirarte la boca sin desear besarla, porque joder, esa boca, es la más perfecta que he visto en mis 17 años de vida y tus ojos marrones, Dios, unos ojos marrones nunca me habían enloquecido tanto.

Cada vez que te veo, me apetece abrazarte y susurrarte que aunque tu ya no, yo sigo enamorada de ti y me tendrás a tu lado pase lo que pase porque no me puedo imaginar un mundo sin tu sonrisa.

Echo de menos todo contigo, echo de menos los buenos días y las buenas noches, echo de menos que me llames para levantarme de la siesta y que lo primero que escucho sea tu voz diciendo "despierta dormilona", echo de menos verte todas las mañanas en el instituto y darte un beso de buenos días. Bueno... en verdad... echo de menos el beso de buenos días, el del almuerzo, el de entre clase y clase, el beso de medio día, el beso de antes de la siesta, el de después, el de antes de cenar y el de buenas noches. Echo de menos cruzar el puente con el objetivo de verte. Te echo de menos y aunque sé que a ti no, mi vida desde que me dejaste ha perdido el sentido que había cobrado gracias a ti.

Siempre, siempre agradeceré, mejor dicho, siempre te agradeceré que hayas sido tú quien me haya enseñado el significado de la felicidad, el significado de desear, y sobre todo, el significado de amar.


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