Cada vez que te veo, me apetece abrazarte y susurrarte que aunque tu ya no, yo sigo enamorada de ti y me tendrás a tu lado pase lo que pase porque no me puedo imaginar un mundo sin tu sonrisa.
Echo de menos todo contigo, echo de menos los buenos días y las buenas noches, echo de menos que me llames para levantarme de la siesta y que lo primero que escucho sea tu voz diciendo "despierta dormilona", echo de menos verte todas las mañanas en el instituto y darte un beso de buenos días. Bueno... en verdad... echo de menos el beso de buenos días, el del almuerzo, el de entre clase y clase, el beso de medio día, el beso de antes de la siesta, el de después, el de antes de cenar y el de buenas noches. Echo de menos cruzar el puente con el objetivo de verte. Te echo de menos y aunque sé que a ti no, mi vida desde que me dejaste ha perdido el sentido que había cobrado gracias a ti.
Siempre, siempre agradeceré, mejor dicho, siempre te agradeceré que hayas sido tú quien me haya enseñado el significado de la felicidad, el significado de desear, y sobre todo, el significado de amar.
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