jueves, 15 de mayo de 2014

20

¿Nunca os ha pasado el querer a una persona tanto que a veces hasta duele? ¿tener miedo de que se marche de tu vida? Porque a mi sí que me está pasando ahora, le quiero tanto que a veces me duele y cuando pienso en cómo sería mi vida sin él, me imagino una vida sin sentido, me entra un miedo en el cuerpo que no soy capaz de describir, y sin querer, lloro, lloro como una niña pequeña cuando le quitan su piruleta.Yo ni siquiera sabía que se podía querer tan fuerte y llegaste tú y de golpe y porrazo me lo enseñaste, me enseñaste que puedo quererte más que a mi misma, que soy capaz de hacer cualquier cosa por ti. Miro cómo ha cambiado mi vida en estos 4 meses y me doy cuenta de lo afortunada que soy teniéndote a mi lado todos y cada uno de mis días, y que sepas que volvería a repetir 20 mil millones de veces más estos 117 días que llevo a tu lado, porque desde el 20 de Enero, cada día que hemos pasado juntos ha ido a mejor, todo ha ido a mejor, porque cada día me aportas cosas nuevas, nuevos besos, nuevos sentimientos, y eso es lo que hace que me esté enamorando de ti, loca por tus huesos, que seas mi droga, mi propio oxígeno y todo esto hace que no quiera separarme ni medio segundo de ti, ni medio milímetro de tu boca. 
Gracias por quererme, gracias por darle sentido a mi vida, gracias por todas y cada una de las cosa que haces por mi diariamente. TE QUIAMO MUCHO, MUCHÍSIMO. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Han pasado ya tres meses y medio y todavía no me he acostumbrado a que me quieras. No me he acostumbrado a tener todos los días un mensaje de buenos días o de buenas noches, a que me digas un 'te quiero' en mitad de una conversación, a tus caricias, a tus mordiscos, a tus abrazos, a tus besos, y sobretodo, todavía no me he acostumbrado a ver una sonrisa como la tuya a milímetros de mi boca, una sonrisa que me transmite 20 mil millones de sentimientos. Todavía no me he acostumbrado a que me quieran de esta forma tan increíble y tan sincera, y tampoco me he acostumbrado todavía a querer a alguien como si no hubiera nada más en este mundo, a querer darlo todo por él, y a necesitarle como si fuera mi oxígeno, pero en estos tres meses y medio, he llegado a la conclusión de que él es mi oxígeno propio, él es lo que necesito para ser feliz, somos él, yo y nadie más.