miércoles, 31 de julio de 2013

Aparentemente era la más fuerte. Sí, lo era, lo era porque tú estabas a mi lado, lo era cada vez que me sonreías y cada vez que estaba junto a tí. Parecía muy fuerte, tan fuerte que muchos pensaban que nunca me iba a derrumbar, pero lo parecía desde que tú llegaste a mi vida, pero ahora no estás aquí. ¿Pero sabes?Ya entendí, que solo fui una más para ti. Sí, lo sé, jamás fue verdad, lo que creí vivir contigo todo fue producto de mi imaginación. Todo fue mentira, nunca sentiste nada, jugaste conmigo y lo único que no entiendo es por qué sigo aquí, por qué sigo temblando cada vez que veo que te acercas, por qué sigo sonriendo cuando me sonríes de causalidad, por qué cuando miras hacia mi lado creo que tan solo me ves a mí. ¿Por qué si no sientes nada me tratas así, como si fuera la única?
No te voy a negar, no, que cada día que te tengo en frente pones mi mundo del revés.No sé cómo lo consigues pero me gusta esa forma tuya de iluminarme siempre con tu sonrisa y si tan solo supieras que mi único deseo es besarte hasta que te extingas creo que huirías y claro, eso es lo que menos quiero. O bueno..quizás te quedarías para siempre
He mirado dentro de mi y me he dado cuenta que ha desaparecido por completo la niña pequeña que era tan fuerte, que nada ni nadie me hacía llorar ¿dónde está? y, ¿cuándo ha desaparecido?
Ahora soy frágil, muy frágil, aunque no lo aparento o intento no aparentarlo. Salgo a la calle con un escudo dentro de mí, como si todo me diera igual, y no, no es así, yo ya no soy así. Ahora soy débil, ahora lloro, lloro con la música, con películas, por culpa de muchas personas...
Y ayer, pensando tumbada en mi cama llegué a la conclusión de que prefiero ser aquella niña que no lloraba por nada que era más fuerte que 20 niños juntos, aquella niña que no sufría por nada y era la más feliz de todas.

Mi pequeño, mi mejor amigo, Samuel Saiz.

Bueno pequeño, lo primero que tengo para decirte, es que, ¿cómo voy a olvidarme de que existes? ¿cómo voy a olvidarme de mi mejor amigo, de uno de los chicos más importantes de mi vida? Si me olvidase de ti, sería idiota. Muy idiota.

Eramos unos completos desconocidos y nunca pensé que podríamos llegar a llamarnos 'mejores amigos'. Te conocí hace casi dos años, me acuerdo que la primera vez que te hablé, dije: ¡MADRE MÍA, QUE ALTO ERES! ADIÓS. Y gracias a esa excursión que nos fuimos a dormir fuera, empezamos a hablar cada vez más. Y en estos dos años, he aprendido que puedo estar al borde de un precipio con los ojos cerrados que sé que no me dejarías caer.

Eres de las personas que mas valoro y que más necesito en mi vida. Eres de lo mejorcito que hay en millones de kilómetros a nuestro alrededor y por eso eres lo que eres para mí. Siempre me dices que no me quieres perder nunca, y que sepas, que a no ser que tu te quieras alejar de mí para siempre, esto no va a acabar porque yo no quiero poner fin a esto, no quiero acabar con nuestras conversaciones, con nuestras fotos (que son pocas, y que dentro de poco valdrán oro, no por mí si no por ti) y mucho menos con nuestras risas.
Ya formas parte de mí, de mi vida, de mis recuerdos, si te hacen daño a ti me hacen daño a mí, y eso es algo que no voy a permitir.

Gracias por escucharme, aconsejarme, estar pendiente de mi, por venir a mi barrio para verme,  gracias por ser como eres conmigo, gracias por absolutamente todo lo que haces por mí.  


Te quiamo.

SAMUEL SAIZ HERRAIZ, GRACIAS POR SER EL MOTIVO DE MI SONRISA.

martes, 23 de julio de 2013

No sonrías que me enamoro. (Capítulo 10)



Decía un amigo mío que las casualidades no existen. Que todo está escrito entre las nubes y las estrellas con tinta invisible. Que las personas van mezclándose en las páginas de las historias de otras personas para compartir y protagonizar un guión ya establecido. Mi amigo decía que todos somos actores principales y también actores secundarios, según la parte de la película en la que nos encontremos. Es una bonita manera de hablar del destino, ¿no creéis?

lunes, 22 de julio de 2013

¡Buenos días, princesa! (Capítulo 14)

- No estoy seguro de nada. Quiero algo con alguien. Algo que no tenga nada que ver con todo lo que he tenido hasta ahora. Algo más serio.
+ ¿Más serio?
- Sí. Me apetece empezar una relación formal y enamorarme locamente de alguien que se enamore locamente de mí.
Nunca había oído a Raúl hablar así. Parece decidido a encontrar a una chica de la que enamorarse de verdad.
+ ¿Y no podría ser Eli ese alguien?
- No. No es ella quien está en mi cabeza.
+ Pero ¿hay alguien en tu cabeza? - pregunta Valeria desconcertada.
- Creo que sí - confiesa Raúl con una sonrisa dulce.
Una punzada directa al corazón.
+ ¿La conozco?
- Me parece que sí.
Los latidos se multiplican por mil en el pecho de Valeria cuando Raúl se aproxima más a ella. No puede ser. Aquello que está imaginando no puede ser. Es imposible.
+ ¿Va a nuestra... clase?
- Ajá
+ ¿Sí?
- Sí.
Le tiemblan los labios al hablar. Empieza a tener calor. Otra vez los pómulos enrojecidos. Seguro que se le nota muchísimo que está tensa.
¿Y si fuera verdad? ¿Y si...?
+ ¿No vas a decirme su nombre?
- Por supuesto: Valeria.
Al oír su nombre, se produce una explosión de sentimientos en su interior. No es capaz de reaccionar de solar las emociones que no le permiten ni sonreír.
+ Yo...
- ¿Tú...?
Raúl, en cambio, sí sonríe. De una forma divertida. Persigue su mirada esquiva, atrapándola en la suya.
+ Yo... Bueno... A mí me gustas desde hace tiempo - confiesa Valeria.
- ¿De verdad te gusto? ¿Cuánto?
Mucho. Muchísimo. Lo suficiente como para casarse con él mañana mismo. Sin embargo, no termina de creerse que aquello esté pasando. ¿No es un sueño? Se siente como en una nube. Su cerebro no lo asimila y su corazón hace unos minutos que va tan deprisa que le da miedo sufrir un infarto.
+ Esto no será una broma, ¿verdad?
- ¿Cómo va a ser una broma?
+ No sería la primera que me gastan hoy - dice recordando su "no bautizo" en calimocho y sangría-. Si no es una broma... me encantaría intentarlo contigo.
- ¿De verdad? ¿No es una broma?
+ No. Lo mío no es ninguna broma.
Los dos se miran, ahora cómplices. Aunque Valeria sigue en la nube de lo increíble, por fin logra sonreír. Raúl la sujeta con una mano por la cintura y con la otra le aparta el pelo de la cara hasta recogérselo detrás de una oreja. Le da un beso en la mejilla y, a continuación,  se acerca a su boca.
Sus labios, como dos imanes de distinto polo, se atraen irremediablemente en la noche más triste y más feliz de la vida de Valeria.

miércoles, 17 de julio de 2013

Alguien me dijo una vez que yo era la persona más fuerte del mundo. Y ahora no entiendo porque no me siento como si lo fuera. Siempre me quedo con la sensación de no saber que es exactamente lo que hago mal. Por qué nunca es suficiente. Suficiente para escogerme a mí por encima de todos los demás. Para ante ponerme al resto del mundo cuando yo lo hago una y otra vez por las personas a las que quiero. Y tampoco entiendo por qué siempre tengo que oír que nadie sabe lo que quiere. Y por qué duele tanto a pesar de haberlo oído muchas veces. Comienzo a pensar que es porque me recuerda que se parece a oír decir que nadie te quiere tanto como para saberlo. Y ahora mismo sólo desearía que los días pasasen muy muy rápido. Y parasen en el día en que esta sensación de vacío y este enorme agujero que noto en el pecho desaparezcan.

martes, 2 de julio de 2013

Y ya han pasado 5 años del peor día de mi vida.

Buenos días abuelo:

¿Buenos días? No, no son buenos días. Mejor dicho son malos días, hoy hace 5 años que te fuiste, que te alejaste de nosotros, de las personas que te queríamos, que te seguimos queriendo muchísimo, y aunque pasen miles de años te vamos a seguir queriendo cada día más.

Han pasado 5 años, y parece que fue ayer cuando estaba en casa de mi otra abuela durmiendo, yo solo tenía 11 años,  y me desperté con el ruido de un secador y mi abuela apareció por allí y me dijo: Mónica, tengo una mala noticia, yo justo en ese momento ya sabía que tú ya no estabas entre nosotros, sabía que te habías ido, que habías muerto, la abracé y me puse a llorar, inmediatamente, llamé a mi padre para ver como estaba, y  nunca le había escuchado así, tan triste. Llegué a casa de mi abuela y no paraba de llorar, estábamos todos destrozados por dentro, se había ido una gran parte de nuestra vida, y sobretodo se había ido su otra mitad. Cuando te vimos en el ataúd casi me muero, que impresión me dio, aún no podía creerme todo lo que estaba pasando, pero yo no había dejado de llorar en ningún momento.

Después de 5 años,  no me he olvidado de ti, tengo una foto tuya en la pared de mi habitación y siempre que la miro me acuerdo de todos los buenos momentos que pasé a tu lado, me acuerdo cuando te ponías a cantar con esa voz, ¡qué bien cantabas abuelo!, cuando estábamos en Benidorm y comíamos con vosotros todos los Domingos, y siempre cogías un trozo de pan y te ponías a untar todas las comidas de la abuela, y en el café te quedabas dormido, nadie sabe como lo hacías, pero se ve que lo tenías estratégicamente calculado, te quedabas dormido con la cabeza apoyada en tu brazo derecho y abajo de ti la taza de café, la cabeza te iba venciendo para abajo y cuando te quedaba poco para caer en la taza, de repente, te levantabas hacia arriba sin abrir los ojos, y así repetidas veces, hasta que la abuela te despertaba porque se te enfriaba el café. También me acuerdo cuando estaba yo durmiendo en el salón en la cama de pájaros y te oía roncar en tu habitación. Cuando nos llevabais a Patri y a mi a las barracas y podíamos pasarnos una tarde entera en ellas, y el dineral que os gastábais en nosotras, eh.

Bueno abuelo, creo que ya es hora de decirte en esta carta que sé que jamás leerás que muchísimas gracias por esos momentos tan perfectos que me hiciste pasar a tu lado, y que ni yo, ni niguno de nosotros te vamos a olvidar NUNCA, porque eras eres y serás una persona MUY GRANDE PARA TODOS NOSOTROS. 

TE QUIERO ABUELO, TE QUIERO MUCHÍSIMO Y VAS A ESTAR SIEMPRE EN MI CORAZÓN. 
Abuelo, te queremos muchísimo. Jamás te olvidaremos.