lunes, 22 de julio de 2013

¡Buenos días, princesa! (Capítulo 14)

- No estoy seguro de nada. Quiero algo con alguien. Algo que no tenga nada que ver con todo lo que he tenido hasta ahora. Algo más serio.
+ ¿Más serio?
- Sí. Me apetece empezar una relación formal y enamorarme locamente de alguien que se enamore locamente de mí.
Nunca había oído a Raúl hablar así. Parece decidido a encontrar a una chica de la que enamorarse de verdad.
+ ¿Y no podría ser Eli ese alguien?
- No. No es ella quien está en mi cabeza.
+ Pero ¿hay alguien en tu cabeza? - pregunta Valeria desconcertada.
- Creo que sí - confiesa Raúl con una sonrisa dulce.
Una punzada directa al corazón.
+ ¿La conozco?
- Me parece que sí.
Los latidos se multiplican por mil en el pecho de Valeria cuando Raúl se aproxima más a ella. No puede ser. Aquello que está imaginando no puede ser. Es imposible.
+ ¿Va a nuestra... clase?
- Ajá
+ ¿Sí?
- Sí.
Le tiemblan los labios al hablar. Empieza a tener calor. Otra vez los pómulos enrojecidos. Seguro que se le nota muchísimo que está tensa.
¿Y si fuera verdad? ¿Y si...?
+ ¿No vas a decirme su nombre?
- Por supuesto: Valeria.
Al oír su nombre, se produce una explosión de sentimientos en su interior. No es capaz de reaccionar de solar las emociones que no le permiten ni sonreír.
+ Yo...
- ¿Tú...?
Raúl, en cambio, sí sonríe. De una forma divertida. Persigue su mirada esquiva, atrapándola en la suya.
+ Yo... Bueno... A mí me gustas desde hace tiempo - confiesa Valeria.
- ¿De verdad te gusto? ¿Cuánto?
Mucho. Muchísimo. Lo suficiente como para casarse con él mañana mismo. Sin embargo, no termina de creerse que aquello esté pasando. ¿No es un sueño? Se siente como en una nube. Su cerebro no lo asimila y su corazón hace unos minutos que va tan deprisa que le da miedo sufrir un infarto.
+ Esto no será una broma, ¿verdad?
- ¿Cómo va a ser una broma?
+ No sería la primera que me gastan hoy - dice recordando su "no bautizo" en calimocho y sangría-. Si no es una broma... me encantaría intentarlo contigo.
- ¿De verdad? ¿No es una broma?
+ No. Lo mío no es ninguna broma.
Los dos se miran, ahora cómplices. Aunque Valeria sigue en la nube de lo increíble, por fin logra sonreír. Raúl la sujeta con una mano por la cintura y con la otra le aparta el pelo de la cara hasta recogérselo detrás de una oreja. Le da un beso en la mejilla y, a continuación,  se acerca a su boca.
Sus labios, como dos imanes de distinto polo, se atraen irremediablemente en la noche más triste y más feliz de la vida de Valeria.

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