martes, 20 de enero de 2015

Por muy lejos que te vayas, por mucho que te separes de mí, siempre volveré a por ti.

Sinceramente no sé muy bien por donde empezar a contar todos mis sentimientos. Creo, que tendría que empezar diciendo que llevo 40 días, 6 horas y 30 minutos sin ti. Desde ese 11 de Diciembre a las 17:00 en el que decidiste alejarte de mi vida y separar nuestros caminos he sentido un vacío enorme dentro de mí, he sentido ya no sólo un dolor emocional sino un dolor que llega a ser físico, que me ahoga y me duele como si me estuviesen arrancando el corazón. Desde hace 40 días, cada noche me despierto por culpa de mis pesadillas que me recuerdan que tú ya no estás a mi lado para hacerme feliz como lo has hecho desde el día en que nos conocimos. Desde hace 40 días, mis días son nublados y lluviosos porque tú eras el sol que me iluminaba todos y cada uno de ellos, y conforme te ibas alejando de mí ese once de diciembre, el cielo se iba volviendo cada vez más gris. Desde hace 40 días me pregunto cuándo se torció todo y porqué ocurrió, también me pregunto en qué momento te diste cuenta de que ya no me necesitabas, de que eras feliz sin hablar conmigo cada segundo del día cuando meses antes eso te resultaba imposible. Desde hace 40 días, tengo la sensación de que cada día que pasa dura tres otoños. No he guardado nada de lo que tenía en mi habitación antes de que decidieses alejarte de mí, porque hacer eso, significa guardar lo poco que me sigue uniendo a ti, porque lo siento, pero aunque yo no lo sea para ti, tú para mí eres el amor de mi vida. Desde que no estás, no tengo sueño, ni sueños. Desde que no estás no tengo verbo tener; no tengo verbo, ni conjugo en presente perfecto.

Hoy, 20 de Enero de 2015, hace 365 días que empezó esta historia de amor tan bonita que no tendría que haber acabado. Hace un año que empecé a soñar con la realidad, con nuestra realidad, a sentir qué era estar enamorada, porque lo reconozco, me enamoré locamente de ti. Tú has sido el único chico capaz de hacerme sentir en las nubes cuando ni siquiera levantaba los pies del suelo. Cada día a tu lado era un día nuevo, único e irrepetible. Contigo fui la chica más feliz del mundo, y quiero volver a serlo alguna vez, pero ahora mismo, me molesta pensar que otro chico puede hacerme feliz, porque el único chico que quiero que siga estando a mi lado eres tú. A mi no me hizo falta perderte para saber que te quería conmigo durante todos los amaneceres del resto de mis días, te trataba como si el sol naciese y se pusiese contigo, porque desde el momento en el que me besaste y vi tu sonrisa después de ese magnifico instante, me di cuenta de que no me importaría ver esos labios durante 80 años más, porque justo en el segundo en que los vi tan de cerca, fui más feliz que en los 16 años que llevaba vividos, pero yo tampoco tenía mucho que ofrecerte, así que decidí dedicar cada latido de mi corazón a ti.

Honestamente, la primera vez que te vi, no sabía que ibas a ser una persona tan importante para mí. Y a día de hoy, vaya, vuelvo a reconocer que sigo enamorada de ti, porque cada centímetro tuyo es perfecto, de arriba abajo, de abajo arriba, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, lo mires como lo mires, eres perfecto al fin y al cabo. Sé que tú serías la única persona por la que daría la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda, que tú eres mi talón de Aquiles, mi punto débil, la cornisa más bonita a la que me he aferrado, la mejor decisión de mi vida, y de todas mis casualidades tú eres la más bonita, el disparo más certero, y de todos, el "te quiero" más sincero, 

No quiero dejar de columpiarme. 

domingo, 11 de enero de 2015

Me despierto y mi mano busca a tientas tu espalda para perderse en esas constelaciones llamadas lunares pero cuando llego al otro lado de la cama solo encuentro el polo norte y me congelo. Así cada puta noche de mi vida desde que no estás. Parece que no dejo de tener pesadillas; en algunas te tengo y en otras te voy perdiendo, no sé que es peor; si soñar que te tengo y despertar y ver que no estás o, soñar que te estoy perdiendo y haberte el perdido al despertar, otra vez. Muchas veces me despierto entre lágrimas y mi corazón no me deja parar, cómo que le gusta hacerse daño si así parece que le tenga un poquito más cerca. Y hoy, otra noche más, me quedo tumbada en la cama mirando fijamente a ese hueco vacío mientras un par de lágrimas empiezan a escaparse porque ya no pueden más, necesitan salir, huir, irse. Y ojalá yo pudiese hacer lo mismo pero, en vez de eso, me quedo otra noche recordando lo que no voy a tener y ya echo de menos. Ya ni siquiera noto su olor en mi almohada y joder, cómo me jode saber que ese olor se está perdiendo entre otras sábanas que no valorarán lo que él puede llegar a ser. A estas horas, si él estuviese aquí  ya me estaría despertando de nuevo por culpa de sus ganas de mi o, lo intentaría y yo le mandaría a la mierda y él empezaría a reírse. Esa risa, hostia, esa puta risa superaba a ese poder que dicen que tiene el canto de las sirenas. Él reía y ya me tenía. Y ahora no me hace falta ni escucharle ni reír para que me siga teniendo porque pase el tiempo que pase, aquí estaré, siendo suya como lo fui desde el primer instante en el que decidí perderme con él. Ahora sigo perdida, la única diferencia es que él no está aquí para salvarme y acabar perdiéndose conmigo. Cosas de la vida, supongo. Son cosas que me amargan la existencia, el no saber qué será de él, si estará siendo feliz, si ya tiene a otra chica, si la quiere, si ella le quiere, si le cuida...tantas dudas que hacen que me duela algo aquí dentro en el pecho, no sé lo que es pero duele, buah, un tipo de dolor que no te puedes ni imaginar. Y entre tanto dolor me doy cuenta de que hoy ha sido uno de esos días en los que no podía más, que no veía la salida a ésta mierda sin él, sentía cómo que me faltaba el aire y caía bien abajo y, ésta vez, no había ninguna mano que me ayudase a levantarme. Y entonces me he dado cuenta de que quizás debería aprender a levantarme sola, por mi propio pie; levantar una suela del zapato, luego la otra y una vez que consiga ponerme en pie, mantenerme pero, no sé cómo se hace. Siempre he necesitado a alguien o, mejor dicho a él, que me dé ese pequeño empujón y a veces deberíamos aprender a darlos por nosotros mismos pero...¿y si no podemos? ¿y si no sabemos? ¿y si no queremos que sea solos? ¿y si...? Hay tantos y sí que nos han jodido la vida, que nos han mantenido en vela durante muchísimas noches; ¿y si todo me saliese mejor? ¿y si él estuviese aquí? ¿y si yo fuese mejor se habría quedado? ¿y si sale mal o y si sale bien? Y sís que te joden la existencia, no sé, y hoy me ha dado por pensar en el '¿y si puedo yo sola?' Pero no soy capaz de levantarme y seguir ahí en pie, cómo que parece que a la mínima va a venir algún recuerdo que va a hundirme y ya perderé las pocas fuerzas que me quedan para siempre.

Y seguramente muchos de vosotros os habréis sentido así, yo es que no le encuentro el sentido ni a continuar ni a reír, no le encuentro el sentido a nada. Parece que hoy las cosas me van bien pero mañana volveré a estar hundida en toda esta mierda y siento que se me acumulan las cosas; noto que el vaso ya está desbordándose, no es que esté lleno sino que el agua ya cae y yo fingo que no cae. Fingo que no duele, que no importa pero como muchos sabréis, no suele ser así. Aunque digamos que no pasa nada, que somos fuertes, yo soy la primera que a la mínima llego a mi habitación, cierro la puerta y me pongo la peor canción que fíjate tú que casualidad, me recuerda a él y, le lloro al mundo por hijo de puta él o por gilipollas yo. Lloro por pensar que no puedo y por hundirme. Y es que muchos de vosotros pensaréis que me gusta estar ahí abajo cuando desearía estar ahí arriba con todas mis fuerzas y si pudiese ser, de su mano, pero eso ya es mucho pedir; no hay que soñar tanto. No tenga esa suerte de tenerle ni tampoco de tenerme. Y últimamente parece que me pierdo o que ya llevo tiempo perdida y que no sé cómo continuar, no sé decir 'basta' y entre tanto me dedico a fingir que puedo con todo, cómo que no me duele pero, joder, no hay nada que esconda este dolor del sentir que no eres suficiente ni para nadie ni para nada, el ver que nunca llegarás allí donde tu quieres o sentir que todo te sale mal, que le has perdido y, en noches como la de hoy, me he despertado y me he parado a pensar en el que qué hago aquí y siento que no le encuentro ni el sentido al por qué existo. Ésta noche me he quedado sin fuerzas incluso para reír y eso es muy triste; es triste el no tener ni fuerzas para una simple sonrisa pero es que últimamente corren unos tiempos en los que la gente que tiene el poder de hacerte sonreír en unos segundos, se va. Y yo ya he perdido la práctica de hacerme reír por mi sola, no me sale. Me miro frente al espejo, intento sonreír pero solo me sale una mueca, ni siquiera sirvo para eso. Aún así podría tirarme un buen rato frente al espejo, mirándome y acabaría llorando otra vez esperando a que todo mejorase pero ¿y si no mejora? ¿y si se queda así para siempre? ¿y si él ya no vuelve? Ya están de nuevo esos y sís jodiendo como siempre pero, no sé, ¿y si mandamos todo a la mierda y somos felices? Ese y sí suena mejor, ¿no creéis? Y eso es lo que estoy intentando esta noche, mandar a la mierda todo lo que él me ha dado, que no me duela ni me importe nada. Intento continuar yo sola y levantarme aún sabiendo que antes era mucho más fácil porque él me esperaba con los brazos abiertos pero, chicos, solo quiero alzar la vista y mirar hacia detrás y estar orgullosa de hasta donde he llegado yo sola. Y ahora, solo miro hacia detrás y lo veo a él, veo que no está, que le echo de menos, que me puede el no tenerle y eso no es lo que quiero. Me gustaría poder darme la vuelta en la cama y en vez de llorarle al hueco vacío, sonreírle por haberme mantenido fuerte aún sin tenerle pero hoy no me sale. Hoy me giro en la cama buscando a tientas su espalda para encontrar las cordenadas para salir de ésta mierda pero no las encuentro, no tengo el camino para seguir, para ser feliz. Y parece que hasta que no vuelva no lo tendré y, como todos sabemos, no va a volver. Así que, mañana, me despertaré, pondré primero un pie en el suelo, luego el otro y cogeré impulso para levantarme y una vez ahí, me mantendré yo sola. Vine a la vida sin él, podré irme sin tenerle o, al menos de eso estoy intentando convencerme. No le necesito, puedo yo sola y ésta vez quiero demostrarle al mundo y a mi misma -e incluso a un cabrón como él- que no hay hijo de puta ni razón suficiente que me hunda en toda esta mierda y que si no encuentro el camino ni la salida para salir, lo haré yo; que a mi fuerzas nunca me faltan.

http://perd0nporquererte.blogspot.com.es/2015/01/no-hay-hijos-de-puta-suficientes-que.html