jueves, 2 de agosto de 2012

Y allí a lo lejos lo ves venir, pero algo falla... ella está a su lado, van cogidos y se nota que no quieren separarse. Él es feliz con ella, te duele aceptarlo pero es la verdad... No puedes dejar de mirarlos, duele ver que no eres tú la que está a su lado. Te quedas embobada y empiezas a recordar cada momento que pasaste a su lado. Empiezas por el día en que os conocisteis, un día muy normal para ti, día de colegio con tus amigos y de repente apareció él, con su sonrisa radiante y su belleza que te asombró enseguida. No te diste cuenta en el momento, pero él iba a ser el amor de tu vida. Poco a poco os fuisteis conociendo y os enamorasteis, bueno por lo menos tú. Y un día, un precioso día de invierno, empezó vuestra historia... Una historia preciosa que considerabas que sería para siempre, pasasteis momentos inolvidables, tarde tras tarde abrazados, día tras día prometiendo un amor eterno. Y así pasaron meses y tu amor aumentaba pero su amor por ti se perdía poco a poco, ya no sentía lo mismo y puso fin a vuestra relación. Sufriste mucho, él era el amor de tu vida, y aun sufres. Una lágrima empieza a bajar por tu mejilla y te das cuenta que todos eran recuerdos del pasado, que nada volverá a ser como antes, te encantaría que se repitiese pero no puede ser. El tiempo es oro y tú sabes que supiste aprovecharlo lo mejor posible, pero ahora todo está perdido, ellos se aman y seguirán juntos. Se acercan, pasan por tu lado y los saludas como si nada, sigues adelante, triste pero con la cabeza bien alta, él es feliz y es lo que tu quieres, porque por encima de todo, le amas y quieres que esté bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario