miércoles, 2 de julio de 2014

Querido abuelo II

Querido abuelo, esta es la segunda carta que te escribo y sé que no leerás. Hoy hace ya 6 malditos años del peor día de mi vida, aquel día en el que ya no podías seguir luchando por vivir, por estar al lado de todas las personas que te queríamos y te seguimos queriendo. 
Ese 2 de Julio de 2008 tú no te moriste, te dejaron morir, no hicieron nada para ayudarte. 
Ese día, 16 días antes de mi cumpleaños, mi vida dejó de ser lo que era, yo dejé de ser una niña y me estampé de frente con la cruda realidad, de repente, una parte de mi corazón se había ido contigo. 


Recuerdo que me levanté y mi otra abuela vino a abrazarme llorando, yo en ese momento supe que tú nos habías dejado. Ir a mi casa y ver a mi abuela, a tu mujer, llorando como nunca la había visto, a mi padre llorando apoyado en la pared, fue la peor visión que he tenido en mis casi 17 años de vida.


Dejaste un vacío enorme en nuestras vidas, e incluso, después de todos estos años todavía se nota tu ausencia, todavía se nota que ya nadie se duerme encima de la taza de café, ya nadie ronca mientras se oye por toda la casa, ya nadie unta todas, absolutamente todas las comidas de la abuela, ya nadie canta como tú lo hacías hasta llegar a emocionarnos a todos nosotros con tu pedazo de voz increíble. Nadie puede rellenar el vacío que tú dejaste en nuestras vidas. 
Abuelo, tú solo has dejado esta vida para ir a otra mejor, pero nunca vamos a poder olvidarte. Gracias por todo lo que has hecho a lo largo de tu vida y lo que sigues haciendo desde allí arriba por todos y cada uno de nosotros. 


Tu me enseñaste que siempre se van las mejores personas y tu eres una de ellas, y digo eres, en presente, porque todavía estás en mente de todos los que te queremos.
Tú siempre estabas ahí para hacernos reír, para abrazarnos cada vez que nos veías, para jugar con nosotras, para darnos todos los caprichos que teníamos, siempre, siempre estabas ahí para nosotras.


Ojalá pudiera volver a abrazarte y a escuchar tu voz abuelo. Te echo de menos, te quise, te quiero y siempre te querré. Gracias por cuidarme cuando estabas aquí y por seguir cuidándome desde allí arriba.



No hay comentarios:

Publicar un comentario