domingo, 17 de noviembre de 2013

El otro día estaba en la ducha pensando, y llegué a la conclusión de que todo el mundo nos quejamos de nuestra vida, decimos que es una mierda, lloramos por cualquier tontería y no nos damos cuenta de que a miles de kilómetros de nosotros hay gente que sonríe por cualquier cosa, que está al borde de la muerte y sigue sonriendo y no deja de hacerlo hasta el último segundo de su vida.
Esas personas son las que realmente saben disfrutar de la vida, aman la vida, incluso cuando todo les va mal y no tienen razones para sonreír, lo hacen.
Muchos de nosotros, por no decir todos, deberíamos aprender de ellos y así todo nos iría un poquito mejor.

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