domingo, 23 de noviembre de 2014

El sexo de la risa.

¿Quién era yo además de la única persona capaz de entender sus miradas?
[...]
¿Quién era yo además de su único defecto?
[...]
Tanta palabrería sólo para reconocer que me desconozco desde que te conozco; que tengo el pulso bajo el ombligo cuando me tocas, que mi piel roza tu piel porque me pone los pelos de punta tu mísera presencia. 

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