martes, 16 de septiembre de 2014

Aquello era un mar. No, un océano. Lo importante no es tanto que ella me quisiera, si no más bien que mientras yo la quise me sentí pájaro. Es curioso vivir de esa forma. El mundo seguía siendo enorme, pero ya apenas importaba. Hay cosas dentro de cada uno que pueden hacernos más grandes que lo de afuera. Y así me sentía yo: inmenso. Tan inmenso que, si ella me lo hubiese pedido, podría haber conquistado todas las galaxias del universo. Sé que parece imposible, pero así me sentía yo. Y cuando alguien siente algo así, todo lo demás no tiene mucho sentido. - Sergio Carrión.

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