A los dieciséis años algunas siguen jugando con muñecas, que ya no son las barbies que yo tenía. Ahora son las Bratz. Otras leen a las Witch. Otras ya están en América. Algunas tienen unos blogs loquísimos en Internet, se bajan cosas, tienen un iPod. Otras asesinan a sus padres. Y otras se enamorar, y como es natural, hacen el amor. Tienes suerte de que tu hija sea de estas últimas.
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